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Bebé chimpancé adoptado por mamá perra

Bebé chimpancé adoptado por mamá perra

A menudo escuchamos muchas historias terribles de animales que han sido abandonados o maltratados sin fin. Sin escrúpulos son apaleados y dejados de la mano de Dios a la espera de que alguien tenga un poco de misericordia y se apiade de su situación.

En otras ocasiones, sin embargo, escuchamos historias que nos hacen volver a creer. Historias de esperanza y que, además, nos hacen preguntarnos a los humanos hasta qué punto nuestro comportamiento es el que educa a los animales, o es el comportamiento de los animales del que debemos aprender nosotros.

Bebé chimpancé con su nueva mamá

Bebé chimpancé con su nueva mamá

En un zoo ruso, hace un tiempo, una chimpancé rechazó a uno de sus bebés al nacer. No le daba el amor maternal que se espera de una madre en los primeros meses de vida y no lo alimentaba ni arropaba.

Ante esa situación, uno de los trabajadores del zoo decidió llevarse al chimpancé a casa para poder, en la medida de lo posible, darle el cariño que le había negado su propia madre.

No obstante, poco tuvo que hacer este criador. En cuanto el pequeño chimpancé llegó a casa, su perra, una mastín negra preciosa, la adoptó como si fuera cualquiera de sus otros hijos.

La bebé con uno de sus hermanos.

La bebé con uno de sus hermanos.

Es habitual que los perros se sientan inseguros al lado de los primates por su comportamiento impredecible y tan distinto al del resto de animales, pero en este caso la estadística ha brillado por su ausencia.

El bebé chimpancé fue automáticamente uno más de los perritos que vivían en casa. Si no fuera por su físico, cualquiera pensaría que es un perrito más (y quien no lo crea, que mire la foto de más abajo). El bebé chimpancé juega con sus «hermanos», come con ellos y se tumba con ellos al regazo de su madre.

Según las palabras del trabajador que decidió acogerla en su casa, ni en sus mejores sueños hubiera pensado que ese pequeño chimpancé acabaría teniendo tanto amor y una familia tan verdadera y auténtica como la que está teniendo en estos momentos.

Ojalá todos los abandonos acabasen en un final como éste, ¿no?

Bebé chimpancé comiendo con sus hermanos.

¡Niños! ¡La cenaaaaaa!